Cuidar la imagen del local y la de tu personal
Toda buena experiencia iniciará desde que llega a la puerta de tu restaurante y este debe lucir impecable y agradable a la vista. Pero esto no solo se aplica a la imagen del lugar, también a la del personal, ya que ellos lo representan. Así que las uñas recortadas, limpias, cabello recogido, higiene personal adecuada y barbas rasuradas deben ser un mandamiento sagrado en tu restaurante.
Según una variedad de estudios está comprobado que la mala imagen provoca malos comentarios de tus clientes.
La actitud lo es todo
Nadie quiere ir a un restaurante a que le hagan malas caras o le respondan de mala gana. Un buen servicio al cliente no se limita al buen vestir. La comida pudo estar deliciosa, pero el mal trato ahuyenta a los clientes. Debes de tener en tu restaurante un trato sensible, amable y atento. Por lo tanto, el personal debe ser cortés y mostrar una bienvenida cómoda a los clientes, sonreír. De esta forma se crea un ambiente agradable que le da confianza al cliente para consumir más y regresen.
Ser proactivos y realizar recomendaciones
El personal debe conocer el menú, ya que, en muchas ocasiones, los clientes pueden dudar sobre qué platillo o bebida ordenar, por lo tanto, es necesario que los meseros estén preparados con toda la información: ingredientes de los platillos, preparación, variantes, tiempo de preparación, etc. También es necesario que el mesero sepa cuándo debería hacer una sugerencia en caso de que el cliente tenga dudas o pregunte cuál es el platillo más recomendable. Según varios estudios sí un mesero recomienda bien, aumenta el ticket promedio en un 20-30%.
Tiempo de espera
Los clientes evalúan el tiempo de servicio, desde el momento en el que el mesero los lleva a una mesa, les alistan la mesa, brindan el menú y los minutos que deberá esperar al cliente para poder disfrutar su comida, así que hay que optimizarlo lo más posible sin comprometer la calidad del platillo, y si alguna orden tardará en estar lista, es mejor aclararlo al cliente. Sí un cliente está con prisa, es importante saber recomendar platillos rápidos.
Manejo de conflictos
Los disgustos del cliente suelen ser: disgusto por un platillo, tiempo largo de espera, queja por el ticket, clientes que están en estado inconveniente, etc. Aunque a veces el cliente no tenga justificación en su disgusto, siempre hay que escucharlo con profesionalismo y tratar de llegar a una resolución que deje satisfechas a ambas partes.